sábado, 20 de septiembre de 2014

LA FUNCIÓN DE LA MUJER EN LA FAMILIA.

Las desigualdades que se producen entre hombres y mujeres constituyen una fuente importante de fragmentación social, ya que en su conjunto implican a dos colectivos que por separado suponen nada menos que aproximadamente el cincuenta por ciento de la población. Los avances producidos en las relaciones de género sobre todo la incorporación de la mujer al mundo del trabajo han marcado las postrimerías del siglo XX. Una incorporación cuyos efectos se han dejado sentir en amplios territorios de la sociedad, pero con especial énfasis en la familia y en su función natural de reproducción de la población. Por ello, este fenómeno ha sido señalado por muchos estudiosos como el principal acontecimiento social ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Y aunque todavía existe patriarcado y discriminación en el trato a la mujer en el trabajo remunerado, esta tendencia se puede considerar como un avance imparable en el que no se contempla el más mínimo ligero atisbo de que se pueda producir una situación de retroceso. Es importante, pues, al hablar de la relación entre familia y actividad económica hacer un aparte sobre la actividad económica de la mujer, ya que se da por sentado que trabajando el marido, cualquier modificación en la vida familiar procederá fundamentalmente del trabajo externo de la esposa. Los cambios sociales alteran el papel de la mujer en la función que ha venido realizando y con ello elementos importantes sobre los que se basa la familia.
 
 

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